Fue un día muy intenso, con celebración en la capilla, merienda dulce compartida, juegos de mesa, hinchables para saltar, torneo de fútbol... Todo ello en el patio, en un día espléndido, casi veraniego.
Al final acabamos agotados, pero contentos por el día de fiesta y por las vacaciones de Semana Santa que ya estaban ahí.